No sé muy bien porqué, ni por que no, tengo yo estos cambios de humor, imagino que al vivir tanto en mí, a veces, cuando me enfrento a la realidad, ésta.... es a veces más irreal que mis propios sueños. Y eso me produce desasosiego ...
Nunca he tratado de justificarme en mis errores pero si es verdad que a veces me molestan, he conseguido soportar la vida, a base de soportar lo que me molesta, y eso se vuelve algunas veces incomodo e irritante, simplemente porque no lo conseguimos evitar.
Cuando me pregunto en que pierde el tiempo la gente, la gente que no me interesa, esta gente pierde el tiempo en mí, y eso me desconcierta.
Cuando me pregunto en que pierde el tiempo la gente, la gente que no me interesa, esta gente pierde el tiempo en mí, y eso me desconcierta.
Llevo unos cuantos años en la vida no pasándome demasiadas facturas, para que envejecer antes de tiempo, mis propios miedos harían que se me escapase la vida, harían que me consumiese en la mesa de un bar con todos los temas agotados y esperando el suficiente nivel alcohólico para soportar a la mesa de enfrente, confirmándome pues una vez más.... en viejo.
Mi vida se escaparía... porque nadie la haría interesante, mi vida de tanta rutina se me haría insoportable, mi vieja vida maldeciría toda evolución, a pesar que esta evolución me llevase a que mis miedos y mis rencores quedarían ahogados en Cardhú.
Y yo no quiero ser ese viejo, ni esa vieja, yo quiero ser Fernando, para confirmarme en Barreira, yo quiero ser yo y a mi manera, estorbando lo mínimo pero haciendo incomodo mi existir. Yo quiero poder escribir lo que escribo, poder pintar lo que pinto, poder diseñar lo que diseño, poder fundir lo que esculpo y modelo.... poder soñar y hacer en mi teatral mundo mi propia, auténtica y fantástica realidad.
No quiero morirme como un viejo conformista, que para tranquilizar su bienestar comulga con ruedas de molinos, pierde amores y desamores, divorcios tardios de la vejez, maquina como una vieja tabaquera, que se humilla en honor a una nómina y canturrea con silbiditos de docta cada silencio entre lo auténtico y lo ficticio... decorados mediocres de los mediocres creativos, pobres viejos del escenario.... que no son los respetados.
Por todo esto y por bastante más es por lo que quiero seguir siendo yo, incómodo a los demás y déspota conmigo mismo, emborrachandome de mi obra y disfrutando de ella. Llevo cuarenta y seis años soportándome y lo he conseguido.... casi siempre...
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