miércoles, 22 de septiembre de 2010

sobre LOS CATÓLICOS,y alguna cosa suelta que se me ocurra...



El hecho de enfrentarse a seis lienzos de dos metros por dos, asusta a cualquiera, pero, independientemente del inmenso trabajo que supone pintarlos, revierte un grandísimo placer para la experimentación y la sorpresa.


Creo que en estos últimos diez años, he pintado lo que se esperaba de mí, o lo que me apetecía pintar, eso me ha llevado a tener que romper muchas normas aprendidas durante treinta años de pintor, muchos clichés própios, y alguna obsesión un tanto trasnochada.


Resumiendo, que, estoy pintando lo que me pide el cuerpo, ni tan siquiera lo que siento o quiero plasmar; me estoy dando el gustazo de sorprenderme cuando yo no me sorprendo sin calcular. Quiero paralizar gestos, momentos, miradas y conceptos. Quiero ahondar en todos los campos del pincel, aunar todas las técnicas y derrocharlas ordenadamente, quiero sorprenderme de mi obra y sosegarme, serenarme mientras las miro, enormes, íntimas y provocadoras.... estas son las seis grandes telas que quiero pintar.
Imagino que todo este cúmulo de cosas, las emociones y apetencias poco tienen que ver con el título de la serie de seis, pero... es importante observar las miradas de esas grandes cabezas y arrancarle el secreto del odio, la confianza, el engaño, el desprecio , la intolerancia y el placer que encierran frente a esas cruces de macramé.
Tal vez en el fondo de todo este pintar mío, se encuentre el autentico artista vacio, cansado y harto de sonreir al mundo, sin paciencia pues!

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